Manifestaciones seductoras:
Todas las personas somos seductoras. Deseamos gustar a las demás personas, ser queridas y reconocidas en diferentes ámbitos de nuestra vida. Deseamos ser valoradas como madre, padre, profesional, hijo, hija, amistad, amante…Es decir, quisiéramos poder seducir, seducimos y nos sentimos seducidas/os.
Para seducir hacemos gestos, decimos cosas, nos comportamos de tal o cual forma- podemos ser personas chistosas, sumisas, prepotentes, habladoras, calladas…- lo que hacemos es seductor para algunas personas y no para otras. No es posible seducir a todas las personas.
Algunas personas se sienten confusas en su vida, en sus deseos, en su identidad, porque están tan preocupadas por gustar a las demás personas, por cumplir sus expectativas, que pierden el contacto con su centro, con ellas mismas. No se puede gustar a todas las personas: al padre, a la madre, a hijos/as, a la compañera, a la amistad.. en todos nuestros comportamientos o puntos de vista.
Tampoco es posible que gustemos a nuestra pareja en todas nuestras facetas, en todos nuestros actos, en todas nuestras opiniones. Esto es un realidad, y su aceptación prepara para-y supone- una mayor madurez personal.
Todas las personas somos seductoras. Deseamos gustar a las demás personas, ser queridas y reconocidas en diferentes ámbitos de nuestra vida. Deseamos ser valoradas como madre, padre, profesional, hijo, hija, amistad, amante…Es decir, quisiéramos poder seducir, seducimos y nos sentimos seducidas/os.
Para seducir hacemos gestos, decimos cosas, nos comportamos de tal o cual forma- podemos ser personas chistosas, sumisas, prepotentes, habladoras, calladas…- lo que hacemos es seductor para algunas personas y no para otras. No es posible seducir a todas las personas.
Algunas personas se sienten confusas en su vida, en sus deseos, en su identidad, porque están tan preocupadas por gustar a las demás personas, por cumplir sus expectativas, que pierden el contacto con su centro, con ellas mismas. No se puede gustar a todas las personas: al padre, a la madre, a hijos/as, a la compañera, a la amistad.. en todos nuestros comportamientos o puntos de vista.
Tampoco es posible que gustemos a nuestra pareja en todas nuestras facetas, en todos nuestros actos, en todas nuestras opiniones. Esto es un realidad, y su aceptación prepara para-y supone- una mayor madurez personal.
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